Daniel Jean-Baptiste, de ascendencia caribeña de Kalinago, judío holandés y africano, es un artista caribeño que vive en el paraíso de Santa Lucía, donde los cielos soleados y la abundante vida acuática proporcionan una inspiración constante. Su obra de arte representa escenas submarinas, peces de caza y sus presas, temas botánicos tropicales y animales exóticos.

La infancia de Daniel la pasó pescando en el embarcadero de madera del pequeño pueblo pesquero de Choiseul. El mar se convirtió en su segundo hogar y pasó horas bajo el sol abrasador contemplando los colores vibrantes del pequeño lábrido atacando su cebo. Para Daniel, pescar era mucho más que pescar; Encontró toda la experiencia estimulante y la pintura se convirtió en una forma de capturar una pequeña parte de esta dicha.

Daniel se inspira constantemente en su hogar isleño, pero lamenta que la mayoría de las personas se acostumbren tanto a su entorno que pasan por alto la exquisita belleza que los rodea. A través de su obra de arte, espera reavivar un despertar a este regalo gratuito y nos insta a que nos tomemos un momento para notar los colores y la luz danzante la próxima vez que vayamos a pescar. Este es el efecto de iluminación que se esfuerza por capturar en su arte.